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20/08/2020

Chris Hoornaert, Jefe de Misión de la Delegación de la Unión Europea en Panamá: "Los esfuerzos para combatir el soborno sólo tienen éxito si se cambia la cultura y si todas las partes implicadas cooperan"

Entrevistamos a Chris Hoornaert a raíz de la reciente inauguración del capítulo Panamá de la World Compliance Association

Con motivo del reciente lanzamiento del Capítulo Panamá de la World Compliance Association, entrevistamos a Chris Hoornaert, Jefe de Misión de la Delegación de la Unión Europea en Panamá, en relación a la situación actual del compliance en Panamá y la visión de la Unión Europea en relación a la inauguración del capítulo 

Chris Hoornaert (nacido el 24 de diciembre de 1963 en Kortrijk (Bélgica) es un diplomático belga que se desempeña como el primer Jefe de Misión de la Delegación de la Unión Europea en Panamá desde finales de 2018. De 2014 a 2018 fue Embajador de Bélgica en los Países Bajos. Entre 2011 y 2014, se desempeñó como Embajador del Puerto de Amberes, cargo creado en 2008.

De 2007 a 2011 se desempeñó como Representante Permanente de Bélgica ante la OCDE, con el rango de Embajador. Durante ese período presidió la Junta de Directores del Centro de Desarrollo y presidió el programa de buena gobernanza con los países de Oriente Medio y África del Norte. 

Hasta su nombramiento por el Gobierno belga como Representante Permanente, fue Asesor Diplomático del Primer Ministro belga de 2004 a 2007. 

Fue Director de Relaciones Exteriores de la UE en el Ministerio de Relaciones Exteriores de 2003 a 2004 y previamente  estuvo destinado en Londres, en comisión de servicio en la secretaría del Consejo de la UE, trabajando en el ámbito de la política exterior y de seguridad, e inició su carrera en Bukarest (1990-1991).

Es licenciado en ciencias políticas y sociales por la Katholieke Universiteit Leuven y tiene un posgrado del College of Europe, Bruges (1985-1986).

 

¿Qué opina sobre la expansión de la World Compliance Association en Latinoamérica con su reciente adhesión del capítulo Panamá? ¿Qué necesidades detecta en este país con respecto a todo lo que se refiere al cumplimiento normativo?

El establecimiento de un capítulo de Panamá de la WCA es algo bueno. No sólo porque amplía el alcance de la asociación, lo cual es muy positivo. Pero es esencial para Panamá. Como es un país pequeño que está muy orientado hacia lo internacional, la conectividad está en el corazón de su economía; ya sea a través del transporte aéreo o marítimo, sus servicios financieros, a través de sus expansiones digitales, etc. En tales circunstancias, hay que asegurarse de que estas conexiones funcionen y que se apliquen las normas internacionales. La presencia de la WCA es un buen desarrollo porque se mantiene enfocada en las necesidades de cumplimiento, de ser parte de que se respeten las normas y el comportamiento que se espera que sea propicio para el buen gobierno. 

Debe verse en un contexto en el que, no basta con tener leyes y reglas buenas;  si no se aplican, no se respetan, no se consideran una medida del comportamiento normal, bueno, responsable y ético, se corre el riesgo de generar costos: un costo de reputación, un costo de incumplimiento (multas, sanciones, ....), un costo de no ser competitivo.

¿Cuál es la situación de Panamá en relación a otros países de Latinoamérica por lo que se refiere al marco legal en materia de compliance?

Panamá es un país joven y, como otros países de América Latina, se enfrenta a la tarea diaria de asegurarse de que se pueda gestionar un entorno cada vez más complejo. Sí, hay un desarrollo hacia más transparencia, más responsabilidad (social) empresarial, más cumplimiento, ya que los ciudadanos y las empresas lo piden con razón. Es muy importante que sea una responsabilidad compartida entre el gobierno y las empresas. Se hace posible una responsabilidad compartida de valorar y asegurar que este respeto por las normas y regulaciones sea en el campo de los impuestos, la regulación ambiental, las compras públicas o la competencia. Hay una historia de corrupción ligada a la debilidad del entorno administrativo o del sistema judicial, pero también de la cultura. Los esfuerzos para combatir el soborno sólo tienen éxito si se cambia la cultura y si todas las partes implicadas cooperan.

¿Cómo influye en la visión de la Unión Europea que Panamá forme parte de este tipo de asociación?

La Unión Europea considera muy positiva la acción de la WCA, en particular, porque es una inversión en esta cultura. Se trata en gran medida de la formación y la asistencia para cumplir con los compromisos adquiridos o adherirse a los más altos estándares. Esto debe mejorar la imagen, ser positivo para la reputación competitiva de Panamá y sus negocios. El gobierno corporativo es importante. Por supuesto, hay un factor ético, un factor de reputación y en tercer lugar un factor competitivo.  La responsabilidad social, la responsabilidad en cuanto a la sostenibilidad de los negocios, todos se han convertido cada vez más en parte de los negocios internacionales, ya sea el comercio o las finanzas.  Hay muchas novedades en el mercado interno de la Unión Europea que a menudo tienen un efecto en terceros países: se busca la igualdad de condiciones, para evitar que haya una alternativa de subvaloración disponible. El cumplimiento es parte de nuestras relaciones internacionales, y por lo tanto la actividad en Panamá es bienvenida.

¿Qué desafíos, en materia de compliance, cree que deberían plantearse en el futuro?

Creo que la WCA ha comprendido muy bien cuáles son los desafíos para el futuro: se trata de la sensibilización, de la formación, del intercambio de las mejores prácticas (aprender unos de otros), y de encontrar las herramientas adecuadas para estimular a las empresas a mirar en esa dirección. Por lo tanto, la auditoría y la certificación son muy adecuadas en este sentido. Compárese con el orgullo que tienen las empresas de figurar en el top 100 de EMAT (empresas más atractivas para trabajar), o las empresas que tienen una etiqueta verde por ser más sostenibles. Creo que la buena cooperación entre las empresas y los legisladores es esencial: siempre hay que tener en cuenta cómo aplicar, cómo hacer posible que el cumplimiento sea factible; también es responsabilidad de una administración moderna ayudar a las empresas a concentrarse en lo esencial sin sobrecargarlas con demasiada administración. Pero la conciencia del riesgo y el costo del incumplimiento deben tenerse en cuenta durante todo el proceso.

Desde la World Compliance Association agradecemos a Chris Hoornaert sus respuestas y su participación activa con la asociación y, en especial, con el Capítulo Panamá. 

 

English version

On the occasion of the recent launch of the Panama Chapter of the World Compliance Association, we interviewed Chris Hoornaert, Head of Mission of the European Union Delegation to Panama, in relation to the current situation of compliance in Panama and the vision of the European Union in regarding the opening of the chapter

Chris Hoornaert (born 24 December 1963 in Kortrijk, Belgium) is a Belgian diplomat who serves as the first Head of Mission of the European Union Delegation to Panama since end of 2018. From 2014 to 2018 he was the Ambassador of Belgium to the Netherlands. Between 2011 and 2014, he served as Ambassador of the Port of Antwerp, a position created in 2008.

He served as Permanent Representative of Belgium to the OECD from 2007 to 2011, with the rank of Ambassador. During that period he chaired to Board of Directors of the Development Centre and chaired the good governance programme with the MENA countries. 

Until his appointment by the Belgian government as Permanent Representative, he was Diplomatic Advisor to the Belgian Prime Minister from 2004 to 2007. 

He was Director for EU External Relations at the Ministry of Foreign Affairs from 2003 to 2004 and before that was posted in London, on a secondment to the EU Council secretariat working in the field of Foreign and Security policy and started his carreer in Bukarest (1990-1991).

He holds a degree in political and social sciences from the Katholieke Universiteit Leuven and a postgraduate degree from the College of Europe, Bruges (class of 1985–1986).

 

What do you think about the expansion of the World Compliance Association in Latin America with the recent addition to the Panama chapter? What needs do you see in this country with regard to everything related to regulatory compliance?

The establishment of a Panama Chapter of the WCA is a good thing. Not just because it extends the reach of the association, that is of course very positive. But it is of essence to Panama. As Panama is a small country that is very internationally oriented : connectivity lays at the heart of the economy of Panama ; Be it through air or maritime transport, through its financial services, through its digital ambitions. In such circumstances you have to make sure that these connections work and that international rules are being applied. A presence of WCA is a good development because it keeps focusing on necessities to comply, to be part of that respects norms and behaviour that is expected to be conducive to good governance.

It has to be seen in a context where it is not enough to have nice laws and rules. If they are not implemented, not respected, not considered as a measurement for normal, good, responsible and ethical behaviour, it risks generating costs: a reputational cost, a cost of not complying (fines, sanctions, ….), a cost of not being competitive.

What is the situation in Panama in relation to other Latin American countries with regard to the legal framework regarding compliance?

Panama is a young country and as other countries in Latin America it faces the daily task of making sure that a more and more complex environment can be managed. Yes there is a development towards more transparency, more business (social) responsibility, more compliance as citizens and business are rightfully asking for this. Very important is that it is a shared responsibility of government and business. A shared responsibility to respect and to make sure that this respect for norms and regulations be in the field of tax, environmental regulation, public procurement or competition is made possible. There is a history of corruption linked to the weakness of the administrative environment or the judicial system, but also culture. Anti-bribery efforts are only successful if a culture changes, and if all parties involved cooperate.

How does Panama be part of this type of association influence the vision of the European Union?

The European Union sees the action of the WCA as very positive, in particular because it is an investment in this culture. It is very much about training and assistance towards living up to the commitments made or adhering to the highest standards. This should improve the image, be positive to the competitive reputation of Panama and its business. Corporate governance is important. There is of course an ethical factor, a reputational factor and thirdly a competitive factor. Social responsibility, responsibility concerning the sustainability of business, all have increasingly become part of international business, be it trade or finance. There are many developments within the European Union’s internal market that often have an effect on third countries: there is the search for a level playing field, to avoid that there is an undercutting alternative available. Compliance is part of our international relations and hence activity in Panama on this is very welcome.

What challenges, in terms of compliance, do you think should be faced in the future?

I think WCA has very well understood what the challenges for the future are : it is all about sensibilisation, about training, about Exchange of best practices (learning from one another), and it is about finding the right tools to stimulate business to look into that direction. Therefor auditing and certification are very appropriate in this respect. Compare it to the pride companies have to figure in the EMAT top 100 (more attractive companies to work for), or companies having a green label for being most sustainable. I think the good cooperation between business and law-makers is of the essence : one always has to bear in mind how to implement, how to make it possible that compliance is feasible; it is also a responsibility of a modern administration to help business concentrate on the essence without overburdening them with too much administration. But risk awareness and the cost of non-compliance should be born in mind throughout the whole process. 

From the World Compliance Association we thank Chris Hoornaert for his answers and his active participation with the association and, especially, with the Panama Chapter.

 

 


 
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