Inditex está dispuesta a meter en cintura a sus fabricantes. El pasado año, los equipos de la multinacional textil llevaron a cabo 2.621 auditorías de trazabilidad, en las que verificaron que la producción de los artículos se lleva a cabo en las fábricas que declaran los proveedores y que están autorizadas por la compañía.
La firma presidida por Pablo Isla no se anda con chiquitas. En 2017, Inditex detectó 263 incumplimientos del Código de Conducta, “la mayoría relacionados con la falta de información”, apuntan desde la compañía. Solo en el caso de que sean reiterados se bloquea definitivamente a un proveedor, algo que el año pasado ha sucedido hasta en nueve ocasiones.
Antes de llegar a ese extremo, la firma fundada por Amancio Ortega trata de reconducir la situación y mejorar los sistemas de gestión del productor para que no se repita. Entre otras medidas, como explican en su memoria, solicitan al proveedor –con el apoyo del departamento de compras– un Plan de Control de Producción para resolver puntos débiles de la cadena de suministro. Desde que se empezaron a aplicar estos planes, en junio de 2017, se han solicitado un total de 81.
Formación para evitar errores
Otro de los aspectos que ha reforzado la multinacional textil es el de la formación a sus proveedores para que sepan manejar correctamente la herramienta informática de declaración de pedidos, evitando problemas de transparencia, y también a mejorar sus sistemas de control internos.
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