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14/03/2022

España suspende, y con nota baja, en ciberseguridad

Apenas el 20% de los profesionales que deben velar por la seguridad en la red posee una formación adecuada

Lo del amigo informático a quien todo el mundo recurría para resolver algún problema con el ordenador o la impresora o montar una página web no es solo un recuerdo del pasado. El manejo tecnológico de usuarios y empresas ha mejorado de forma notable, aunque las labores más complejas y delicadas se siguen encomendando a quienes supuestamente entienden no ya de ordenadores, sino de sistemas y redes. Así lo evidencia el último informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ObservaCiber), un organismo del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), presentado en el Mobile World Congress de Barcelona.

Los datos son reveladores, y en materia de ciberseguridad, el 40,1% de las organizaciones consultadas por los autores del estudio –de la empresa privada y la administración– reconoce que recicla el talento procedente de otros departamentos hacia el área de ciberseguridad y “únicamente dos de cada diez posiciones internas reciben formación o poseen conocimientos para­ poder desempeñar las funciones que se requieren en su cargo”.

En solo dos años serán necesarios en España 83.000 expertos, el doble de los actuales

Eso, lógicamente, redunda en la seguridad de core de muchas organizaciones. Y más en un periodo en el que el teletrabajo y la digitalización de muchos procesos productivos y de relación con el cliente o el ciudadano hacen más vulnerables los sistemas. “La pandemia ha acelerado el riesgo del ciberdelito tanto para organizaciones como para particulares, porque estamos en un momento en el que el mundo físico y el digital ya son inseparables –explica Sara García, responsable de talento en ciberseguridad del Incibe–. De eso deben ser conscientes tanto empresas como usuarios, unos invirtiendo en ciberseguridad y otros cumpliendo unas normas básicas, de la misma forma que somos consciente de que no debemos saltarnos un semáforo en rojo”.

Las bases para mejorar en ciberseguridad, para esta investigadora, son básicamente dos: invertir y formar. Según las cifras que maneja el Incibe, en torno a un 60% de las pimes españolas, que representan el 99,8% de las empresas españolas y el 66% del valor añadido bruto según los datos de la dirección general de la Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, no invierte en ciberseguridad ni cuenta con personal y estrategias específicos. Es principalmente ahí donde se abrirá una importante demanda que el ObservaCiber cifra en su informe en más de 83.000 profesionales. Serán necesarios, según sus cálculos, en apenas dos años, duplicando la cifra actual.

El 60% de las pimes no invierte en este ámbito ni cuenta con personal y estrategias específicos

“Empresas y administraciones deben darse cuenta de que esto no es un gasto, sino una inversión. Y que partimos de una gran ventaja: no partimos de cero, ya que tenemos identificados los diferentes problemas y las soluciones que deben aplicarse en cada caso”, explica Sara García.

La otra pata, fundamental, es la de la formación. ¿De dónde van a salir tantos profesionales con una formación tan específica? Cifras en mano, a la responsable de Talento en Ciberseguridad del Incibe le salen la cuentas: “En este 2022 se están formando en los diversos grados de enseñanza reglada vinculada a la ciberseguridad 41.123 personas en España. Si bien la enseñanza superior se ha adaptado a las necesidades del mercado, ahora el reto está en reciclar a ese personal que se dedica a funciones de ciberseguridad sin contar con formación específica, ya que ahora solo lo hace un 15%, y simplificar la FP en este ámbito, limitada ahora a segundos ciclos y cursos complementarios”.

Una buena noticia es que la brecha de género, en esta materia, también se reduce. Si hace cinco años la presencia de la mujer era del 12%, ahora alcanza ya el 30%. Y sigue creciendo.

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