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20/04/2020

El futuro del Compliance en tiempo de crisis: responsabilidad y solidaridad

Fuente: Economist & Jurist

Autor: Sergio Lucas, Abogado responsable del área de Compliance en UBT Legal & Compliance

Ya hace varios años que el “Compliance” está presente en las empresas y en la sociedad española. Pese a las dificultades para su adaptación en nuestro país y haber sido cuestionado continuamente, tras la reforma del Código Penal de 2015, podemos afirmar que ha venido para quedarse. La función de compliance, que nace en el mundo empresarial anglosajón, ha irrumpido en todos los sectores de nuestro país con un papel a nivel competitivo, organizacional y de generación de una cultura empresarial sólida. La concepción del compliance ha cambiado y hoy no nos limitamos al cumplimiento del Código Penal o de la normativa aplicable en cada organización, sino que centramos nuestros esfuerzos en cumplir los compromisos adquiridos de forma voluntaria y en preservar la reputación a través de la prevención, la gobernanza y el fomento de comportamientos éticos. 

La extraordinaria situación que nos está tocando vivir con la aparición del COVID-19 así como la crisis que inevitablemente atravesaremos puede llevar a ciertos grupos, empresarios, directivos e incluso administradores a valorar y hasta cuestionar la utilidad del compliance y su viabilidad en nuestro tejido empresarial.

Desde UBT Legal & Compliance, creemos firmemente que el compliance será en el futuro un elemento clave para el éxito de los negocios en España, independientemente de su naturaleza y tamaño. Nos enfrentamos a una nueva forma de hacer negocios en la que primará la transparencia, la ética y el cumplimiento de la ley y de los valores que han aflorado en la sociedad.

Es en estos momentos cuando las empresas no pueden defraudar a la sociedad que tanto ha demostrado (y que sigue haciéndolo día a día), renunciando a parte de sus derechos por el bien común y demostrando un alto grado de compromiso y responsabilidad. La necesidad social de colaboración ha generado un sentimiento de comunidad, unión y solidaridad entre los ciudadanos que parecía ausente durante los últimos años. Ante la situación de emergencia en la que nos encontramos, queda demostrado que la importancia de los comportamientos socialmente responsables son la única forma de seguir adelante. Por ello, los ciudadanos y los clientes exigen y exigirán en mayor medida en el futuro hechos, comportamientos y compromisos solidarios por parte de las empresas que solo podrán ofrecerse a través del Compliance y la cultura ética.

De esta cuestión surge la importancia de continuar con el desarrollo de Modelos de Prevención en las empresas y la implementación de Sistemas de Gestión que permitan el control sobre los riesgos y la mejora continua, fomentando comportamientos éticos, el cumplimiento de la ley y siempre en consonancia con los estándares que la sociedad espera de las empresas en las que trabaja o con las que se relaciona de cualquier modo.

Las empresas deben realizar un exhaustivo análisis del contexto que les rodea y actuar en consecuencia. A día de hoy ya podemos afirmar que los requisitos para contratar, tanto en el ámbito privado como en el público se han endurecido en torno a la lucha contra la comisión de delitos, la responsabilidad social corporativa y a la cultura de cumplimiento. Incluso en contrataciones con pequeñas sociedades o de escasa cantidad económica, las empresas se ven cada día obligadas a evidenciar sus buenas prácticas en el desarrollo de su actividad.

A raíz de la aparición del COVID-19 y los cambios que ha supuesto en la sociedad, será difícil para cualquier compañía en el futuro afrontar los daños reputacionales que puedan generarse, por ejemplo, a través de actos de corrupción, delitos fiscales o de blanqueo de capitales.

Sin duda alguna, el Compliance pasará a ser un elemento de carácter estratégico en la planificación y desarrollo de la actividad de las empresas. La función de compliance tendrá cada vez mayor peso en las empresas y en la toma de decisiones, que se apoyarán en los informes y recomendaciones emitidas por estos, con el objetivo de garantizar la continuidad de la actividad empresarial y preservar su reputación.

 


 
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