Los efectos del covid-19 han provocado que un gran número de empresas en España se hayan acogido o estén en proceso de acogerse a un ERTE, con la incertidumbre además de cuántos de ellos podrían acabar en expedientes de regulación de empleo definitivos. La actual paralización de la actividad y sus posibles consecuencias han provocado que a muchas compañías no les quede más remedio que iniciar estos trámites para poder subsistir.
Asimismo, gran parte de las empresas españolas se han acogido al teletrabajo, algunas de forma precipitada y sin la experiencia o preparación necesarias; esto supone llevar inesperadamente sus recursos tecnológicos al límite.
Los departamentos de Compliance, Legal, Auditoría, Tecnología y Seguridad llevan años trabajando para crear y perfeccionar medidas de control, procedimientos de actuación y adecuación a los requerimientos regulatorios (GDPR, competencia, etc.). Sin embargo, como consecuencia del covid-19, muchas empresas comienzan a sentirse vulnerables, ya que varias de las medidas y políticas implantadas, y que tan rigurosamente empleaban, resultan de difícil aplicación en esta compleja situación.
La combinación de teletrabajo y ERTE puede provocar situaciones no contempladas en los protocolos de seguridad y control de las empresas. Por ello, es imprescindible tener en cuenta la importancia de la seguridad de la información y aplicar las medidas necesarias para conservarla.
El factor más relevante es que millones de empleados están realizando un intenso uso de los medios tecnológicos que las empresas han puesto a su disposición para su desempeño profesional (portátiles, smartphones, tabletas, correo electrónico, la nube, etc.). En este contexto, resulta crítico definir protocolos de trabajo, seguimiento y control de empleados, del uso de la tecnología y del acceso a los servidores e información de la empresa, más aún si consideramos que algunos de estos empleados podrían, lamentablemente, verse afectados por un ERTE.
Es imprescindible que los sistemas informáticos sigan funcionando a pleno rendimiento para permitir que los trabajadores puedan realizar su actividad. Sin embargo, esto conlleva que se pueda estar dejando en segundo plano la seguridad y la salvaguarda de información sensible de las empresas. El riesgo de sufrir pérdidas de esta información se incrementa significativamente en estas circunstancias, lo que puede acarrear pérdidas económicas, daños reputacionales, etc.
Existen diversas medidas implementables, de forma rápida y sencilla, con el objetivo de salvaguardar y garantizar la integridad de dicha información.
Algunos ejemplos de estas medidas serían los siguientes:
Las empresas, si no lo han hecho ya, deberían tomar nota y adoptar, cuanto antes, todas aquellas medidas a su disposición para proteger y asegurar sus datos, así como aquellos dispositivos y/o medios corporativos que los puedan almacenar, antes de que sea demasiado tarde.
Autor: Javier García Chappell. Senior director de Technology en FTI Consulting España.
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