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28/05/2021

Noelia Romero: "Elegí poder dormir tranquila"

La compliance officer despedida por Bartomeu atendió a La Vanguardia en su primera entrevista para hablar del Barçagate

Desde la World Compliance Association, nos hacemos eco de esta entrevista a Noelia Romero, colaboradora de la asociación y ex compliance officer del FC Barcelona. Publicada hoy en La Vanguardia.

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Noelia Romero (Barcelona, 1980) es compliance officer, una profesión que tiene como objetivo promover conductas éticas en las organizaciones. Al poco tiempo de llegar al FC Barcelona, Romero tuvo que hacer frente al controvertido caso Barçagate . Su colaboración con los Mossos d’Esquadra fue fundamental para esclarecer los hechos. Por primera vez se sienta a hablar de lo sucedido.

El Barcelona se enfrenta a una querella por administración desleal y corrupción entre particulares. El expresidente Josep Maria Bartomeu, su antiguo asesor Jaume Masferrer, el exdirector general Òscar Grau y el exjefe de los Servicios Jurídicos, Román Gómez Ponti, están citados a declarar en calidad de imputados. ¿Esperaba que el Barçagate alcanzara tal dimensión?

El mismo día en que la Cadena SER destapó el caso activé la investigación. Me llamó la atención que ninguno de los nombres de los proveedores que se enumeraban me resultaban familiares, y eso que formaba parte de mis funciones revisar la aprobación de nuevos proveedores. Había una manera de aprobar las operaciones muy extraña. Y así lo trasladé en las primeras reuniones.

¿En esas reuniones estaba Bartomeu o alguno de los imputados?

En las reuniones iniciales no. Las hice con los antiguos miembros del comité de compliance que semanas después dimitirían. Y empezamos sin involucrar a los que ahora están imputados por dos motivos. Primero, para que no se manipularan las pruebas, y después, porque si queríamos hacer una resolución y tener un dictamen sobre un hecho que recaía sobre el propio Bartomeu no podía estar Bartomeu. En cualquier caso, sí que esto lo tenía que resolver la junta directiva. No olvidemos que es el órgano soberano. Y ahí empezó mi periplo porque me lo pusieron muy complicado...

¿Qué observó en su investigación?

Los informes de los Mossos describen claramente que el esquema del Barçagate obedece a patrones de corrupción, más allá de lo que decida después la justicia. Controles que se eluden, fraccionamientos de pago, empresas de escasa o nula reputación con sede social en un solar con una caravana... En el sumario también aparecen 10.000 mails  revisados y que me entrevisté con la mayor parte de los empleados que después fueron llamados a testificar.

¿Por qué el club encargó una auditoría a PwC?

Me consta que muchos miembros de la antigua junta exigieron hacer esta auditoría. El problema radica en que la auditoría fue encargada y gestionada directamente por alguno o todos los imputados. Yo pasé mi informe a Price pero tengo dudas de si mis observaciones se trasladaron a sus conclusiones.

El 9 de abril seis directivos dimitieron. ¿Se sintió sola?

Fueron muy íntegros y lo demostraron al marcharse. De varios de ellos recuerdo la frase “te hemos dejado huérfana” y verdaderamente fue así. Me sentí muy apoyada por ellos. Por mi parte, sabía que aquello era una guerra perdida.

¿Y por qué decidió seguir?

Porque era mi obligación. Debía trasladar a la junta mi investigación. También era de esperar que terminara sentada en un banquillo a declarar como testigo por todo lo que sabía sobre el caso. Dimitir me hubiera dejado en una posición muy extraña.

El 2 de junio, y sin el consentimiento de Bartomeu, usted entregó su informe a la junta...

Era mi obligación y lo envié a toda la junta pero no recibí ni una respuesta. Tres días después fui suspendida de empleo y sueldo. Ahí vi que mi despido ya se estaba gestando. Bartomeu también ordenó una auditoría exhaustiva sobre mi departamento a la firma de KPMG mientras estaba suspendida de empleo y sueldo. Fue muy extraño porque si no estaba allí físicamente, ¿cómo iban a revisar mi departamento? Ese informe, junto con el de PwC, fue calificado por los Mossos como un intento del club para desviar la atención del socio.

En las 2.000 páginas del sumario de los Mossos existen muchas referencias a mi investigación. Ninguna de ellas es negativa, todo lo contrario. Y esa es una conclusión mucho más imparcial que la que pueda surgir de uno de los imputados. La verdad solo tiene un camino.

¿Qué supuso esa rueda de prensa para usted?

Mi intención no era ir a declarar. Pero en esa rueda de prensa se descalificó gratuitamente mi trabajo y mi persona y eso no lo podía permitir. A la vista de esto y ya en previsión de que iba a ser despedida, y sobre todo para salvaguardar toda la información del caso, me puse a disposición de los Mossos. Declaré voluntariamente como testigo en el Juzgado de Instrucción número 13. Fui la primera. Y el 1 de marzo, cuando los Mossos entran en el Camp Nou, también llamaron a declarar a más de diez empleados.

Ahora está pendiente el juicio laboral del Barça sobre su caso. ¿Ha hablado con Laporta?

No. Pero los abogados de cada una de las partes están en fase de negociaciones. Considero justo que se me reponga en mi antigua posición por parte del club. La única despedida e injustamente represaliada por el Barçagate y sin indemnización he sido yo.

¿Se podría haber evitado su despido?

El Código Penal español exige que los responsables de compliance tengan poderes autónomos de iniciativa y control. Esto se traduce en ser independientes y poder actuar con autonomía, es decir  disponer de recursos y capacidad de actuación para la identificación de los riesgos de una entidad. Pero ¿cómo ser independiente si a quien te toca investigar es tu superior? Y por tanto ¿cuántos medios se te asignarán en consecuencia? Resulta perverso. Una solución válida pero atrevida pasaría por dotar a los responsables de compliance de una cierta inmunidad de la misma forma que gozan los representantes de los trabajadores. Quiero creer que esto llegará en un futuro próximo. Mientras, muchos compañeros de profesión se enfrentan a casos igual que el mío, solo que no tienen la repercusión mediática de la que goza el FC Barcelona.

Respecto a la remodelación del Camp Nou, ¿cómo describiría la gestión de la anterior junta ?

El proyecto Espai Barça es una apuesta muy fuerte del club. Pero a su vez adquiere una dimensión tremendamente compleja. Se necesita mucha transparencia. Y luego hay puestos reemplazables, pero despedir al director de ese proyecto contratado para ese proyecto cuando aún no se ha terminado sorprende. La entrada de Goldman Sachs ayudará aún más a esta rendición de cuentas más transparente.

¿Le consta si existen fraccionamientos en el Espai Barça?

Creo que Laporta ha hecho bien contratando otra auditoría para saber lo que hay. Parece sensato pensar que si durante tres temporadas seguidas se pudieron eludir los controles en fraccionamientos de pagos en unos determinados proveedores, también hubiera podido ocurrir en otras áreas del club.

¿Cuáles son los retos a los que cree que se enfrenta el Barça de Laporta?

A la actual junta no le ha tocado una época fácil. Hay muchos retos pero destacaría varios: La remodelación del estadio, la revolución digital, la optimización del fan, los nuevos modelos de obtención de ingresos, la transparencia ante el socio y el papel de la mujer en el deporte y en el club. Ninguno de ellos pueden entenderse de manera aislada y todos merecen un espacio para ser tratados y darles la dimensión que merecen.

Xavier Mas es el nuevo responsable en el club para la función de compliance. ¿Qué consejo le daría?

Rigor y contundencia. En una profesión como la nuestra, que aboga por implantar prácticas justas en las empresas, no puedo más que aconsejarle eso. Quizá no sea quien meta goles, pero seguro que parará muchos. ¡Ah! Y elegir dormir tranquilo. Yo así lo decidí y creo que está claro quién ha ganado la batalla.

 


 
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