Usamos cookies en nuestro sitio web para brindarte la experiencia más relevante recordando tus preferencias y visitas repetidas. Haz clic en "Aceptar todas las cookies" para disfrutar de esta web con todas las cookies, configura tus preferencias antes de aceptarlas, o utiliza el botón "Rechazar todas las cookies" para continuar sin aceptar.

Gestión de Cookies
Zona Privada Asociados   |   Boletines Compliance
 
FORMULARIO DE CONTACTO
Deseo suscribirme al Newsletter de la WCA
 

11/10/2023

¿Cómo está Uruguay en el ranking mundial sobre crimen organizado y en qué perdió pie?

La brecha entre la criminalidad organizada y la resiliencia de los países en su contra se está ampliando. Uruguay no es indiferente y también vio un aumento en su criminalidad, particularmente en el tráfico de cocaína.

La brecha entre el crimen organizado y la resiliencia de los países en su contra se está ampliando, dejando ver que las medidas “no están a la altura de hacer frente” a esta amenaza. En un contexto de conflictos internacionales, los resabios de la pandemia y el avance de la tecnología, Uruguay también ha visto aumentar la criminalidad en los últimos años, con destaque en el comercio de cocaína, el contrabando de personas, grupos criminales “al estilo mafioso” y actores integrados en el Estado. ¿Cómo se encuentra el país en comparación global y regional?

Según el Índice Global de Crimen Organizado 2023, realizado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GI-TOC, por sus siglas en inglés), este flagelo se encuentra en continuo crecimiento a nivel global, en donde el 83% de la población mundial vive en condiciones de alta criminalidad.

Por el contrario, el número de personas que viven en condiciones de baja resiliencia -capacidad de resistir y perturbar las actividades del crimen organizado en su conjunto- ante el crimen organizado ha disminuido considerablemente de 79.4% en 2021 -anterior actualización del índice-, a 62% de la población mundial en 2023.

Asimismo, para esta actualización se incorporó el indicador de delitos financieros, lo que mostró que estos fueron la economía ilícita más generalizada, desplazando a la trata de personas, que también ha aumentado desde 2020.

El índice utiliza una escala en donde 1 es el valor más bajo y el 10 el más alto, para medir los distintos indicadores. Según la actualización de 2023, el puntaje global de criminalidad se encuentra en 5,03, representando un aumento de 0,16 respecto a 2021.

Según el ranking en materia de criminalidad, los países que cuentan con un puntaje más alto son Birmania (8,15), Colombia (7,75), México (7,57), Paraguay (7,52) y la República Democrática del Congo (7,35).

Por su parte, Uruguay está en el puesto 172 de 193 con un puntaje de 3,22, lo que significó que descendiera 10 puestos en el ranking, a pesar del aumento de 0,53 en su puntaje de criminalidad, respecto a 2021.

Mientras tanto, en América del Sur, el país se mantiene en el último lugar del ranking (12). Los países con mayor criminalidad en la región son: Colombia, Paraguay, Ecuador (7,07), Brasil (6,77) y Venezuela (6,72).

Según el documento, Uruguay vio un aumento en sus “mercados criminales” de 0,58 respecto a 2021, alcanzando un puntaje de 3,33. De este modo, la actividad criminal que mayor puntaje tuvo, fue el comercio de cocaína con 6 puntos (un aumento de un punto respecto a 2021). A esta actividad le siguieron con 4 puntos la extorsión y esquemas fraudulentos, el comercio de cannabis, el contrabando de personas (que tuvo un aumento de 2 puntos) y, los recientemente agregados, delitos cibernéticos y los delitos financieros.

El índice señala que Uruguay es “considerado un pequeño país de origen -que tiene por destino Europa, principalmente España e Italia-, tránsito y destino de trata de personas”, en donde las mujeres y las niñas son objeto de trata principalmente a nivel nacional con fines de explotación sexual -al menos la cuarta parte de las mujeres que viven en centros de prostitución son víctimas de trata-, y provienen principalmente de Argentina, Brasil, República Dominicana, Paraguay y otros países sudamericanos. También agrega que “los trabajadores extranjeros de los países vecinos son sometidos a trabajos forzados en diversas industrias”.

Por otra parte, el tráfico de armas continúa ocurriendo dentro y fuera de Uruguay, encontrándose casos de venta desde Argentina hacia Uruguay, así como el tráfico desde Uruguay hacia Brasil, “involucrando a policías locales”.

En cuanto al contrabando, sostiene que Uruguay “no es un centro regional” para los productos falsificados y su tamaño “es mucho más pequeño” en comparación con los de Argentina y Brasil. No obstante, afirma que “el contrabando fronterizo de bienes generales y sujetos a impuestos especiales se ha arraigado en las economías y culturas locales de muchas regiones de Uruguay. Este fenómeno ha persistido a lo largo del tiempo y los gobiernos a menudo hacen la vista gorda”.

Por otra parte, en cuanto al narcotráfico señala que, aunque Uruguay es “un actor pequeño en el mercado de la cocaína en comparación con sus vecinos, todavía sirve como país de tránsito para las drogas con destino a Europa”. En tanto, destaca que en el país operan organizaciones criminales de Colombia, México, Brasil y Rusia.

Además, señala como problemática que la implementación de regulaciones sobre el comercio legal de marihuana ha sido “lenta”, dejando espacio para que los actores ilegales satisfagan la demanda de la droga. Mientras que también sostiene que Uruguay es un país de destino de drogas sintéticas, de las que su consumo “va en aumento, siendo el éxtasis la más popular”. A su vez, señala que, si bien no es “un país de tránsito importante” para estas drogas, “se han descubierto laboratorios, principalmente para satisfacer la demanda local”.

Por otro lado, dentro de las actividades delictivas incorporadas, sobre los delitos cibernéticos señala que los ataques de ransomware (secuestro de datos) son cada vez más comunes en el país y apuntan a instituciones estatales. Por otra parte, sobre los delitos financieros señala que los más frecuentes son el fraude de identidad, los esquemas Ponzi y el phishing.

A su vez, en relación a los actores criminales se vio un aumento de 0,48 puntos, alcanzando un puntaje de 3,10. De esta forma, los actores que mayor peso tuvieron fueron: redes criminales con 4,50, actores integrados en el Estado con 3 (un punto más que en 2021) y, el ahora integrado, actores del sector privado con 3. Cabe destacar el aumento de un punto que tuvo el indicador de “grupo al estilo mafioso” -que cuentan con un nombre, territorio, entre otros-, alcanzando los 2,5.

En esta línea, destaca que “los grupos de estilo mafioso en Uruguay son pequeños y se centran principalmente en el tráfico de drogas y el lavado de dinero”.

Estos grupos están vinculados con el sistema penitenciario y su “uso de la violencia”, de los que algunos “han ganado visibilidad en Uruguay después de que sus miembros amenazaran a fiscales y policías que investigaban sus actividades”.

Actividades criminales ambientales en Uruguay

“Uruguay es considerado uno de los países con menor biodiversidad del continente”, según el informe, por lo que el comercio ilícito de flora es bajo. Sin embargo, señala que “el país ha visto un aumento en el comercio ilegal de pescado, particularmente el procedente de Argentina. La presencia de buques chinos en el puerto de Montevideo ha alarmado a los ambientalistas debido al problema de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada por parte de flotas extranjeras”. Además, destaca el aumento del comercio digital de vida silvestre.

Fuente: elpais.com.uy

LINK DE LA NOTICIA

Quiénes Somos


 
Patrocinadores
Colaboradores
Entidades Asociadas