El panorama empresarial europeo ha experimentado una transformación significativa impulsada por la creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la implementación de diversas regulaciones ambientales y sociales. En comparación con sus contrapartes del continente, las empresas españolas han tenido un desempeño menos entusiasta en su camino a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La motivación mayor para su adopción es de carácter regulatorio y no un genuino interés por lo que implican.
Una evaluación exhaustiva revela una creciente conciencia y un compromiso por avanzar, pero también identifica obstáculos específicos y áreas de mejora notables en relación con sus homólogas europeas. La sostenibilidad ya no es una opción, sino un componente esencial para la viabilidad y el crecimiento de las empresas en un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales.
El informe European Private Sector SDG Stocktake 2024, elaborado por diez redes nacionales del Pacto Mundial de la ONU, proporciona una visión integral de la situación de la sostenibilidad en Europa y permite contextualizar la realidad de las empresas españolas. Destaca una visión compartida entre las compañías europeas sobre los beneficios de la sostenibilidad, aunque con niveles de acción y compromisos variables. Por ello, es importante analizar en detalle los avances y desafíos particulares que enfrentan las empresas españolas para comprender su posición en el contexto europeo. La transparencia y la rendición de cuentas son ahora pilares fundamentales de la sostenibilidad empresarial, que obligan a redoblar esfuerzos en la comunicación de progresos y desafíos.
El primer paso para cualquier acción efectiva en sostenibilidad es el conocimiento y la comprensión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este sentido, el informe revela que el 96% de las empresas europeas están al tanto de sus características y alcances. Sin embargo, cuando se profundiza en el nivel de conocimiento, se observa una brecha significativa. El 69% de las empresas europeas declara conocerlos en profundidad.
El panorama es ligeramente distinto para las empresas españolas que, si bien en su gran mayoría maneja información sobre sostenibilidad, solo la mitad lo hace con detalle, a diferencia del resto de Europa.
El nivel de conocimiento profundo dispar entre empresas españolas y sus homólogas del continente puede deberse a diversos factores. Destacan niveles de educación y capacitación en sostenibilidad, barreras lingüísticas y culturales, y acceso a la información y los recursos. Para superar la brecha, es fundamental que las empresas españolas inviertan en programas de capacitación y sensibilización sobre los ODS para sus empleados y directivos.
Es importante que se fomente una cultura de aprendizaje continuo y que se promueva el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre las empresas. Además, se debe facilitar el acceso a la información y los recursos sobre los ODS en español para garantizar que todas, sin importar su tamaño o ubicación, puedan comprender y aplicar los principios de la Agenda 2030.
Sin embargo, el conocimiento profundo de los objetivos no es suficiente. Es fundamental que las empresas lo transformen en acciones concretas. Que integren los ODS en sus estrategias y operaciones. Para ello se requiere de un cambio de mentalidad y un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad.
La planificación estratégica es un elemento clave para garantizar que las empresas puedan contribuir de manera efectiva con los Objetivos de Desarrollo Sustentable. En Europa, el 59% de las empresas los integra en su estrategia. La disposición indica un enfoque proactivo y un compromiso a largo plazo con la sostenibilidad. Además, el 18% los incorpora en sus operaciones, aunque sin una estrategia formal. Esto sugiere un nivel de conciencia y un deseo de actuar, pero con una falta de dirección estratégica. Las grandes empresas europeas en general lideran el proceso. Un 86% cuenta con una estrategia formal alineada con los ODS, lo que demuestra su compromiso y su capacidad para integrarlos en su núcleo de negocio.
El nivel de planificación estratégica en sostenibilidad de las empresas españolas es inferior al promedio de Europa. Solo el 29% tiene una estrategia formal alineada con los objetivos. Sin embargo, el 34% ha comenzado a integrarlos sin disponer aún de una estrategia estructurada, decisión que sugiere un potencial para un mayor avance en el futuro. Los porcentajes lo sitúan por encima de países como Serbia o Bulgaria, pero todavía por detrás de referentes europeos como Suiza, Reino Unido o Italia. La falta de una estrategia formal puede limitar la capacidad de las empresas para priorizar y gestionar sus esfuerzos en sostenibilidad.
Es fundamental que las empresas españolas desarrollen estrategias formales y coherentes que integren los ODS en su núcleo de negocio. Para lograrlo se requiere hacer un análisis profundo de los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad, el establecimiento de objetivos claros y medibles, y la asignación de recursos adecuados. Además, involucrar a todos los niveles de la organización en el proceso de planificación estratégica, desde la alta dirección hasta los empleados de base.
Las motivaciones que impulsan a las empresas a integrar la sostenibilidad en sus negocios son diversas y complejas. En Europa, el 44% trabaja con los ODS para reforzar su enfoque en sostenibilidad empresarial. Dejan ver así un compromiso genuino y un deseo de liderar la transición hacia una economía más sostenible. Además, el 43% de las empresas lo hace para responder a las expectativas de los clientes.
La convicción personal de la dirección (34%) también juega un papel importante. Esto sugiere que los líderes empresariales están cada vez más comprometidos. El cumplimiento normativo (32%) es otro factor importante. Indica que la regulación está logrando su cometido en la promoción de la sostenibilidad.
En el caso de España, el principal motor es de carácter regulatorio. El 51% de las empresas señala que su implicación con los ODS responde a exigencias normativas, con especial énfasis en la Directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa.
El dato refleja cómo la regulación europea está funcionando como un potente catalizador en el mercado español. El 43% lo hace por expectativas de clientes y el 31% lo vincula con la visión estratégica o por la convicción de la dirección. La diferencia en las motivaciones entre las empresas españolas y europeas sugiere que la regulación es un factor importante en España y que el compromiso genuino y el propósito empresarial pueden ser menos fuertes.
La dependencia del cumplimiento normativo como principal motor de la sostenibilidad puede limitar la capacidad de las empresas españolas para innovar y liderar la transición hacia una economía más sostenible. Para superar esta limitación es esencial que desarrollen un sentido de propósito y que la integren en su cultura y valores.
La medición del impacto es un elemento esencial para garantizar que las empresas puedan evaluar su progreso en la consecución de los ODS y para identificar áreas de mejora. En Europa, solo el 33% de las empresas ha definido indicadores claros, medibles y con plazos. Un 41% mide su desempeño, pero sin plazos definidos. Otro 26% aún no aplica modelos sistemáticos de medición.
En España, los datos revelan una situación aún más incipiente. Solo el 18% dispone de un conjunto de indicadores completo y con metas temporales, mientras que un 37% mide parcialmente, sin incorporar plazos. A pesar de las limitaciones, existen señales alentadoras. El 76% de las empresas españolas que cuentan con objetivos definidos afirman estar en camino de cumplirlos, un dato que supera ligeramente la media europea (73%). Aunque la falta de medición del impacto puede limitar la capacidad de evaluar su progreso e identificar áreas de mejora.
Para superar esta situación es fundamental que las empresas europeas, y en particular las españolas, desarrollen sistemas de medición sólidos y coherentes de su programas de sostenibilidad que les permitan evaluar su progreso. El trabajo requiere que se haga un análisis profundo de los indicadores relevantes, el establecimiento de metas claras y medibles, y la recopilación y análisis de datos precisos.
La revisión y actualización de los sistemas de medición deben ser periódicas para adaptarse a los cambios en el entorno y para garantizar que sigan siendo relevantes y efectivos.
Las empresas deben estar dispuestas a aprender de sus errores y a adoptar nuevas tecnologías y prácticas que les permitan mejorar su desempeño. Igualmente, las empresas deben estar dispuestas a invertir en innovación y a adoptar nuevas tecnologías y prácticas que les permitan reducir su impacto ambiental y social.
Los datos son concluyentes: las empresas consideran que la sostenibilidad impulsa el crecimiento empresarial, según marca European Private Sector SDG Stocktake 2024. En Europa, el 58% cree que la integración de los ODS ha mejorado su desempeño económico, con un 26% más considerándolo realmente significativo. Unos datos que demuestran que no es un coste, sino una inversión inteligente, responsable y estratégica.
No hay datos específicos en el informe sobre el impacto económico en España de la sostenibilidad empresarial. Pero es razonable suponer que al igual que ocurre en general con sus homólogas de Europa las empresas españolas también se benefician de la integración de los objetivos de sostenibilidad. Puede impulsar el crecimiento de diversas maneras, como la mejora de la eficiencia operativa, la reducción de costes, la mejora de la reputación y la atracción de talento.
Ofrece una serie de oportunidades para las empresas españolas. Al adoptar prácticas más sostenibles, las empresas pueden reducir su impacto ambiental, mejorar su eficiencia y reducir sus costes. También pueden mejorar su reputación y atraer a clientes y empleados que valoran la sostenibilidad. De la misma manera, puede impulsar la innovación y la creación de nuevos productos y servicios.
Además, es importante destacar que la sostenibilidad no es solo una oportunidad para las grandes empresas. Las pequeñas y medianas empresas también pueden beneficiarse de la adopción de prácticas más sostenibles. Las pymes representan una parte importante de la economía española, y su compromiso es fundamental para lograr los objetivos globales de la Agenda 2030. Pueden adoptar prácticas más sostenibles de diversas maneras, como la mejora de la eficiencia energética, la reducción de residuos y el uso de materiales sostenibles.
Fuente: https://www.cambio16.com/
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